Hendrickje Stoffels, una auténtica Palas Atenea para Rembrandt

¿Qué es ser una musa, diosa o una mujer?, esta y más preguntas surgen al observar la obra de Palas Atenea de Rembrandt.

El personaje mitológico de Palas Atenea o Atenea para los griegos y Minerva para los romanos, es sumamente significativo, es la diosa de la guerra, las artes y de la sabiduría; pero fundamentalmente es la protectora de las artes; así como fue Hendrickje para Rembrand, fue más que la última mujer de su vida, o que una musa para diversas obras, fue la diosa que protegió su obra y su vida hasta el final.

Si nos dedicamos a saber sobre quién fue esta mujer, nos encontraremos con diversas fuentes que nos relatan que ella en un principio llegó a la vida de Rembrandt con motivos de trabajo sin interés sentimental. El pintor fue un hombre que quedó viudo de su esposa Saskia, a quien amó y adoró en su vida, con ella tuvo a su hijo Titus; con el paso del tiempo él tuvo de amante a Geetje Dircx, la niñera; hasta que llegó como sirvienta y ama de llaves Hendrickje.

Hendrickje, fue una mujer que tuvo que vivir y confesar que vivía en pecado con Rembrandt, consciente de que jamás podrían unirse, ya que el artista recibía la herencia de Saskia mientras conservara su calidad de viudo, a los dos no les importó vivir señalados. Con el paso del tiempo tuvieron una hija y ella fue muy tenaz al empezar a administrar las deudas de Rembrand, pues con el tiempo abrió, en sociedad con Titus, una tienda para vender las obras del pintor y otros objetos.

Por lo tanto aquí no vemos una simple mujer que llegó a su vida, tampoco una musa en la que sólo le inspiraba, fue la diosa que protegió su obra y su vida, toda una Atenea de uno de los más grandes del Barroco.